A LA DERIVA:

12.04.2014 12:29

A LA DERIVA:

Me resulta tan alarmante como patético ver y oír las noticias cada día porque a través de ellas corroboro que la humanidad navega a la deriva o por lo menos hacia un rumbo que tan solo conocen quienes manejan la nave.

Contemplo sorprendido como jóvenes y no tan jóvenes incontrolados cargan organizadamente contra las fuerzas del orden y ello es motivo de rechazo y condena unánime por parte no solo de la casta política sino también de un amplio sector de la sociedad. Y yo me pregunto porque se producen hechos semejantes y me vienen a la memoria imágenes de esas mismas fuerzas del orden que teóricamente deberían velar por la seguridad de la sociedad golpeando con saña y cargando indiscriminadamente contra niños, ancianos e incluso profesionales de la información en concentraciones de protesta sumamente pacificas. Y entonces quien es responsable ¿la policía que representa a un sistema obsoleto y dogmático por mucho que vaya disfrazado con la mascarita de la democracia o esos grupos organizados que son el reflejo de una sociedad atropellada, cansada y cada día más exacerbada?

Observo y conozco a familias trabajadoras que han dedicado los esfuerzos de toda su vida a tirar adelante de los suyos, a crear un hogar en condiciones que de repente se ven abocados a la más absoluta miseria porque quienes deberían ser garantes de aquello que reza la Carta Magna solo lo hacen según sus intereses y cuando les conviene. 

Pertenezco a un País que desea expresar libre y democráticamente una opinión, un deseo y al que precisamente esos que no respetan la Constitución se abrazan a ella para rechazar enérgicamente un derecho democrático. 

En fin, veo cada día por la tele un montón de anuncios de una entidad financiera que además de estafar a sus clientes se ha visto premiada con un rescate millonario de tal magnitud que con el diez por ciento del mismo se podría acabar por ejemplo con la desnutrición infantil en todo el mundo.

Creo que estos hechos invitan a una profunda reflexión y a que nos preguntemos todos hacia dónde vamos, que futuro queremos porque de lo contrario mucho me temo que como Odiseo en su retorno a Ítaca nos veremos abocados al abismo. 

SERGEI.