BALANCE DE UN PARTICULAR:

18.04.2013 11:11

 

Es sumamente saludable realizar, al igual que hace toda empresa, un balance tanto cuantitativo como cualitativo de vez en cuando. Al fin y al cabo, no debemos olvidar que el principio de correspondencia así nos lo indica, “como arriba es abajo” es decir que lo mismo que vale para lo macro, vale para lo micro y viceversa. El caso es que cuantitativamente me he visto obligado a entrar en una dinámica de hábitos que por lo menos me permite ir trampeando la infinidad de obligaciones pecuniarias a las que debo hacer frente, supongo que como la gran mayoría de nosotros y que de momento permite que nuestra nave, mi familia, se mantenga a flote aunque debo reconocer que los envites de la mar cada vez son más violentos. Sin embargo, cualitativamente, me veo obligado en muchas ocasiones a violar mi código de gestión, mi filosofía vital, el rumbo preestablecido, con el fin de no desfallecer, de no verme engullido por las aguas. Yo, capitán y timonel de mi nave, optimista y positivo por naturaleza, me veo obligado, por mi trabajo que además no sé cuánto me durará, a generar necesidades absurdas en gente que como yo y los míos lo deben estar pasando muy mal.  Me pregunto porque determinadas empresas me pueden reclamar el pago de cargos que se han girado sin ninguna justificación y lo que es aún peor, que habiendo solicitado que se me justifiquen se limiten a decirme simplemente que son correctos. Eso ya me lo imagino, lo que yo quiero saber es porque. Afortunadamente mis reclamaciones las remito con copia a la OCU y eso me ayuda. Me cuestiono que proceder es el correcto cuando ya hace más de tres años que espero una indemnización y sin embargo por negarme a pagar un cargo injustificado se intenta proceder al corte de un suministro vital para nuestra familia en tan solo un par de meses. Me sorprende que ladrones que han despojado a mi padre de los ahorros con los que contaba para pasar el resto de sus días, sean gratificados con ayudas millonarias en lugar de obligados a satisfacer sus estafas. En fin y a lo que iba, va bien hacer balance porque tal y como decía al inicio, el principio de correspondencia opera en todos los planos y yo, visto lo visto, he decidido actuar en macro en lugar de en micro y como a nadie le pueden quitar lo que no tiene y dudo mucho que me acaben matando por ello, pues mi vida es lo único realmente mío que poseo, yo voy cumpliendo como buenamente puedo (que eso es mucho la verdad porque hay gran cantidad que no les es posible) y me tomo con filosofía todas sus reclamaciones. Si un día puedo pagar igual lo hago, más que nada para que me dejen de llamar a todas horas y si no tampoco me voy a  amargar porque unas corporaciones multimillonarias que ni siquiera tienen la consideración de tratarte humanamente pretendan que me sienta culpable de tener contraída con ellos una pequeña deuda. ¡Que reclamen! como hace ya más de tres años que llevo haciendo yo. 

 

SERGEI.