DESENCANTADO:

15.06.2013 13:30

Todos aquellos que me conocen saben perfectamente cuál es mi manera de pensar, socialmente de difícil calificación por cuanto los seres humanos somos entes complejos pero en mi caso procuro siempre regirme por la coherencia, la ecuanimidad, la lógica y sobre todo el respeto y la tolerancia. 

Ese cóctel que acabo de definir, en muchos casos y de manera asombrosa, coincide con criterios políticamente nihilistas y socialmente ácratas. 

Es muy probable que mi concepción vital resulte un tanto onírica para muchos pero la verdad es que ni entiendo ni concibo el mundo en el que vivimos donde lo que priva es el materialismo recalcitrante y la consecución del interés egoísta sin importar las consecuencias de su consecución siempre y cuando representen un beneficio tangible para nosotros. 

No entiendo que una entidad financiera no solo deniegue su ayuda sino que despoje de lo poco que posee a quién más necesitado está (sea legal o ilegalmente) y sin embargo beneficie a quién realmente no los necesita porque va sobrado. 

Tampoco entiendo que la Iglesia demonice a determinados colectivos como en su época hizo con las brujas y los herejes demostrando un dogmatismo e intolerancia recalcitrantes y sin embargo nada diga sobre las auténticas lacras de nuestra sociedad.

Y aún entiendo menos el papel que desempeñan unos políticos teóricamente elegidos por el pueblo para que defiendan y protejan sus intereses y que sin embargo tal y como dijo Sir Bernad Shaw, son como los pañales a los que hay que cambiar a menudo y por idénticos motivos. 

En fin, podría extenderme “ad infinitum” pero la verdad es que tan solo quería compartir mi desencanto con todo en general y esperar que no les haya molestado demasiado. 
 

SERGEI.