NO SON MOLINOS SANCHO, SON GIGANTES:
30.05.2013 11:59Tengo cincuenta y más y me encuentro absorbido en un mundo en el que ni me reconozco ni jamás hubiera imaginado que pudiese llegar. Digo esto porque probablemente si tuviera veinte años menos, me rebelaría con todas mis fuerzas por cambiar las cosas, lucharía denodadamente por equilibrar la balanza, combatiría la iniquidad e inmoralidad de los tiempos presentes con todas las herramientas que fuese capaz de reunir pero… yo que me he cultivado hasta el extremo en el que soy incapaz de matar siquiera una bacteria por cuanto a un ente vivo se refiere, que intento comprender y ayudar a todos si mi posición y recursos lo permiten, que amo a la naturaleza y por ende a la vida por encima de todo, debo reconocer que más que confundido me encuentro anonadado. No hablaré de las tristes noticias que a diario nos transmiten, no abordaré temas de corrupción ni crímenes horrendos. No, simplemente voy a compartir con ustedes el mundo en el que nos encontramos o quizás, mejor expresado, el estado de sin gobierno que debemos soportar. Llevo ya varios años en una situación laboral crítica, ya se sabe, pasar de los cincuenta… En los últimos años me he visto obligado a trabajar en empresas de Telemarketing vendiendo productos telefónicamente, infumables algunos la verdad. Pues bien en ese breve espacio de tiempo, les hablo más o menos de cinco años, he vivido tres ERE, dos de la misma empresa que hoy está montada en el dólar, contratando y despidiendo chavales en periodos de un mes si les llega. En la última, hace un mes aproximadamente, me despiden de la noche a la mañana sin una explicación razonable haciéndome firmar una liquidación que me sería abonada por transferencia en un par de días y que a día de hoy aún no he cobrado. En el paro me dicen que debo reactivar el subsidio que estaba percibiendo (me restan dos meses de prestación) porque me faltan treinta y tres días para tener derecho a otro nuevo. En fin, no son molinos Sancho, son gigantes y es que tenía razón el ingenisos hidalgo. El problema que veo es el futuro. Nuestra juventud, hablo de esa generación que va desde los veintitantos hasta casi cuarenta en muchos casos, vive ajena a esta estafa global llamada crisis pero lo más probable es que los que vienen detrás no estén dispuestos a vivir un moderno sistema de nueva esclavitud y si no al tiempo.
SERGEI.