SOCIEDAD O ESTADO DEL BIENESTAR:

23.05.2013 14:09

 

Creo que mucho se debate sobre el estado o sociedad del bienestar cuando realmente en el marco socioeconómico actual no representa más que una quimera, una palabra baladí y absolutamente utópica.

La denominada sociedad del bienestar nace al amparo de las teorías de Keynes en 1936 como respuesta a la gran depresión de 1929 que como todos sabemos desembocó en la denominada 2ª guerra mundial. En resumidas cuentas en ella se postulaba  un reparto más equitativo de los beneficios y de la riqueza entre toda la población con objeto de evitar el malestar social que condujo a las sociedades europeas a esa guerra. La expresión económica del Estado del Bienestar pretendía un desarrollo económico equilibrado socialmente así como el pleno empleo. Esta es la realidad y otra cosa es lo que cada uno de nosotros interprete o le compremos al político de turno que nos vende la moto.

Dentro de esa misma utopía nos encontramos con The Welfare State o Estado Benefactor, denominación adoptada con posterioridad a la finalización de aquél conflicto bélico global y que proponía un modelo general de estado a través del cual este proveía a todos sus habitantes de una serie de servicios generales y garantías sociales.

Tanto uno como otro son hoy por hoy sistemas inviables por cuanto se contraponen a los intereses neocapitalistas, rectores actualmente de nuestro devenir socioeconómico. Hoy vivimos con la cuerda absolutamente tensa puesto que las grandes corporaciones (auténticos lideres del actual sistema) son absolutamente ajenas a las necesidades y penurias de la gran mayoría de los habitantes del globo respondiendo tan solo a los inputs de sus propios intereses. Un ejemplo lo tenemos en las bases salariales, mayoritariamente inferiores en la época actual que en el primer lustro de la década de los noventa. Otro ejemplo lo tenemos en el incremento de los costes de esos servicios que el estado benefactor debía encargarse de proveer a todos sus habitantes, educación, sanidad, agua, luz, gas, viviendas... Hagan números.

En mi humilde opinión el camino nos conduce indefectiblemente hacia dos vectores. El primero sería una profunda revisión del ideario u hoja de ruta socioeconómica reconduciendo la presión asfixiante del actual sistema hacia una aplicación concreta de la teoría keynesiana y un reparto mucho más equitativo de la riqueza.

La segunda… dedúzcanla ustedes mismos.

SERGEI.